Agua: límites entre salud y enfermedad, vida y muerte

                                                                                La rendición de cuentas, que en nombre de los graduandos 2014 de la Facultad de Enfermería, fue dada a conocer por siete estudiantes, en nombre de sus compañeros de estudios, a la comunidad universitaria, es uno de los testimonios del alto grado de responsabilidad social universitaria.

                                                                            Los conferencistas se refirieron, exhaustivamente, al proyecto de Salud Pública “Consumo de Agua como hábito saludable” implementado en dos campus universitarios: el Central “Octavio Méndez Pereira” y el “Harmodio Arias Madrid” (CHAM).

Revelaron que se trabajó con una muestra basada en la consulta de 1.025 universitarios (505 en el CHAM y 525 en el Campus Central) entre estudiantes, docentes y administrativos.

                                                                                Los hallazgos estadísticos fueron muy claros y denotan que el consumo de agua como hábito, no es en la actualidad una práctica saludable entre los universitarios y hace falta más promoción y educación para la salud, que ayude a la adopción de este comportamiento.

                                                                         Aún cuando el agua es un componente esencial para el mantenimiento del organismo humano, dado que: -regula la temperatura corporal; -ayuda a llevar nutrientes y oxígeno a las células; -ocupa el 75% del cerebro; -humedece el oxígeno que respiramos; -remueve los desechos; -amortigua las articulaciones; -ayuda a absorber los nutrientes…un considerable porcentaje de las personas encuestadas declararon/reconocieron que:

                                                                              Sustituyen el agua por bebidas no (o menos) saludables. En algunos casos  aducían motivos atinentes a gustos/preferencias/hábitos/costumbres/falta de educación al respecto. En otros, se remitían a razones de índole económica, señalando que, al momento de comprar “algo” para beber, el líquido vital resulta más costoso que otros productos bebibles.

 

Por falta de tiempo (frente a horarios de clases o labores).

Inaccesibilidad de fuentes o grifos aptos para saciar la sed (hacían referencia a la: no existencia, lejanía, mal estado de instalaciones para el aludido fin  -con desperfectos, desaseadas…-).

                                                                               Por no tener pleno conocimiento de lo importante que es el agua para el ser humano. O por no tomar en serio esta realidad. Por desconocer para qué  necesitamos el agua. La ventaja de beberla. Los graves perjuicios que nos auto ocasionamos, por no beberla.

Da la impresión que se la sociedad necesita una revolución informativa impulsada por parte de los padres, desde los primeros años de vida de sus respectivos hijos (campaña en la que sus promotores deberán convencer, no sólo con palabras, sino con el ejemplo /como debe ser en todo/). Avanzada concientizadora desde los medios de comunicación social, desde empresas, organizaciones. Campaña permanente  en la que el único eje y móvil sea la sensibilidad y el amor por el prójimo (sincera preocupación por su salud y su vida).

Tan sólo la escogencia de la promoción del agua, que junto a la sangre componen las partes más importantes del cuerpo humano, denota la clara visión de sus protagonistas, en materia de definir prioridades entre las necesidades humanas y sociales.

    

La impecable presentación, para  la que bregaron como coordinadoras Académica y Estudiantil, respectivamente, Lourdes de Alguero y Génesis Guevara, consistió en relato y mención de Generalidades del Proyecto; Resultado de la Investigación “Consumo de Agua”;  Estrategias de intervención educativa; concluyendo con un video promocional que reflejó momentos y vivencias importantes de la actividad, y conclusiones/ recomendaciones en torno a este proyecto.

La docente Alguero, quien es Directora Ejecutiva  de Universidad Promotora de Salud (UPS), indicó que el valor más preciado de este proyecto/programa radica en convertir en acción, la firme decisión de llevarlo a todas las unidades académicas y administrativas de la Universidad de Panamá.

Las mentes y corazones que impulsaron la aludida actividad, consideran que se hace necesario unir voluntades  y recursos, para procurar lograr que cada vez más personas en nuestra Casa de Estudios Superiores  y en nuestro país, se conviertan en actores principales comprometidos  con su salud. 

Redacción y fotos Ángel Molina