Además, hizo una pausa para ofrecer un sencillo, simbólico, pero
significativo acto en honor a sus colaboradoras. Se refirió a que, su
interactuar como persona y como vicerrector, le motiva a señalar que la mujer
es un admirable e incomparable ser.
Destacó que en distintos escenarios y ante diversas circunstancias de la
vida, van marcando una trayectoria y dejando una estela de abundante amor,
abnegación, responsabilidad, sensibilidad humana y social, vocación de
servicio, actitudes positivas y de excelentes aptitudes.
Aún cumpliendo con todos los compromisos propios del hogar (madre,
esposa, administradora), se superan académicamente y ocupan un lugar de vanguardia
en el desempeño de funciones en los ambientes laborales.
Y, aunque el mundo está muy lejos de insertar en las relaciones humanas,
el trato igualitario y justo de hombre y mujeres, ellas siguen ocupando, cada
vez más, los primeros lugares en los
ámbitos y asuntos que redundan en avances, para bien, de la humanidad.
Barnes exteriorizó esa percepción
respecto a las mujeres, La Mujer.
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