La Asociación de Estudiantes
y Egresados Ciegos Universitarios de Panamá (AEECUP) realizó, durante tres
días, una jornada en la que se abordó, a profundidad, la situación actual del
discapacitado visual a nivel de la Educación Superior en nuestro país.
La actividad celebrada bajo
la denominación “La Educación Superior como medio para alcanzar una Vida
Independiente”, devino en radiografía o auscultación acerca de si nuestra
sociedad está a tono con su obligación de superar/eliminar toda circunstancia
que constituya barrera o tropiezo al pleno, normal y satisfactorio
desenvolvimiento de seres humanos con
distintas discapacidades (incluida, la
visual).
Con nutrida asistencia de
personas invidentes y de algunas videntes (en calidad de voluntarios), la
AEECUP celebró, de manera inmejorable, adecuada y pertinente, el XXX
Aniversario de su fundación:
¿Cómo? Dando los primeros
pasos hacia el encuentro de un diagnóstico de la condición en que se halla el
derecho a la educación superior de las personas ciegas. Y procurando que la
inclusión de seres humanos invidentes en estos ámbitos, sea cada vez más
palpable.
Las ponencias, los trabajos
en grupo y paneles, dieron importante fruto: la identificación/hallazgo de paradigmas,
condiciones, realidades y ambientes injustificables:
>Las barreras
arquitectónicas.
>En lo que se refiere a
la relación Sistema Braille (SB)-nuevas tecnologías, tenemos que las cintas
magnetofónicas, grabadoras digitales y los programas de síntesis de voz no
enseñan ni reglas ortográficas, ni normas de redacción (situación en la
que la persona no vidente se ve afectada).
Para subsanar esta
deficiencia, se hace necesario reforzar la enseñanza de éstas a niveles de educación básica general, a
través de los docentes integrales y en los programas de rehabilitación de
personas no videntes adultas. Además, se recomienda que /una vez rehabilitados/
continúen practicando el SB (ya que, en algunos casos, éste
ha sido sustituido por las grabaciones).
>Se reveló que, la falta
de dominio del SB entre los no videntes, se debe (entre otras razones) al
déficit que muestran las personas encargadas de enseñarlo. Se conoció que, en
las universidades en las que se imparte como carrera Educación Especial, el SB ocupa
apenas un semestre (y en algunos casos, los alumnos mandan a hacer los trabajos
reusando su verdadero aprendizaje).
>Aparte de experiencias
satisfactorias respecto a la inclusión de las personas con discapacidad a nivel
de la educación superior, salió a relucir que persiste cierta resistencia del
docente hacia el desempeño de las personas con discapacidad en el aula de
clases (al punto de ignorarles y apartarles del curso).
Respecto este delicado asunto, se hace necesario
mantener -de manera constante y continua- el trabajo de sensibilización hacia
los estamentos docente, administrativo y estudiantil.
>En situaciones más
graves (y lamentables), los profesores y el personal administrativo de ciertas
facultades universitarias, pretender decidir qué pueden estudiar las personas
con discapacidad visual (incluso negándoles el ingreso a determinadas
carreras).
>Se detectó la necesidad
de hacer adaptaciones curriculares desde el proceso de admisión de los estudiantes
no videntes a las universidades, puesto que algunos instrumentos que se
utilizan son totalmente inaccesible para que el no vidente las pueda usar por
sí solo. Esta circunstancia produce un efecto engañoso al momento de medir sus
aptitudes académicas.
>Se requiere que sea
atendida y asumida la responsabilidad porque las universidades estén equipadas
con herramientas que faciliten el acceso a la información de (a) las personas
invidentes /ejemplos: -salas donde haya, por lo menos, una PC adaptada con lectores
de pantalla -secciones con audiolibros, -obras en el Sistema Braille, -programas de
magnificación de pantallas para PC
(o textos en macro tipo que puedan responder a las necesidades de las personas
con baja visión).
(Nota: los retos a superar para
lograr la accesibilidad a herramientas y recursos importantes, lo enfrentan los
Centros Regionales de la UP, así como otras universidades estatales y privadas,
ya que la sede central de la Universidad de Panamá cuenta con casi todas esas
facilidades).
>Necesidad que el
personal encargado de la atención a los usuarios en general, cuenten con un
mínimo de formación para el manejo de estas ayudas técnicas. Se aportó como
ejemplo y motivo, que en una de las universidades que cuenta con una impresora
de Braille, los interesados no pueden obtener provecho alguno de esta
herramienta fundamental, debido a falta
de preparación del personal que debe brindar este servicio.
>Hace falta la adecuación
de la gran mayoría de las plataformas académicas de las universidades, toda vez
que el uso de imágenes y gráficos indiscriminadamente imposibilita muchas veces
el uso de los lectores de pantalla, tales como jaws, NVDA, entre otros y los
magnificadores de pantalla en beneficio de aquellos compañeros de baja visión.
>Hacer un verdadero
abordaje de las adaptaciones curriculares en los cursos donde son preparados
profesores para impartir clases a nivel universitario, sean inducciones,
licenciaturas o postgrados en docencia superior.
>Llevar a cabo programas
de orientación profesional dirigidos a estudiantes con discapacidad visual de
enseñanza media, con el fin de que dichos alumnos conozcan las distintas
opciones académicas que ofrecen las universidades del país, las ayudas
tecnológicas existentes y las alternativas que el mercado laboral ofrece al
momento del egreso de los claustros universitarios.
>Impulsar iniciativas
tendientes a mejorar y reforzar las competencias que las personas con
discapacidad visual deben reunir para el logro de su inclusión social en
términos absolutos.
En cuanto a la
auto-exhortación al cambio de actitud de las personas invidentes y a los
humanos con discapacidad en general, propusieron que las personas con
discapacidad visual (y otras):
Se empoderen de sus derechos,
y se hagan conscientes de la necesidad y obligación de ocupar el espacio que
tienen en la sociedad.
Asuman, con responsabilidad,
un compromiso con su propia persona: el de sobrepasar /con firmeza, tenacidad y
sin titubeos/ la adversidad que resulta de vivir con dicha limitación.
Generen una transformación
con la cual dejen de ser objetos de otras personas y logren convertirse
protagonistas de su propia historia.
Uno de los promotores del
importante encuentro señaló “el problema no es la persona con discapacidad,
sino más bien la sociedad en la que vive, debido a que la misma no provee las
condiciones necesarias (eliminando barreras arquitectónicas y propiciando
accesibilidad, etc.). Al no mantener las condiciones capaces de atender las
necesidades de los humanos con capacidades disminuidas, es la comunidad social
la que obstaculiza su integración.
Encomiable y valiosa es la
labor desarrollada por la AEECUP, desde los años 80, por mantener y
perfeccionar la inclusión. Luego de la creación de la Oficina de Equiparación
de Oportunidades (OEO) de la UP, ambas entidades realizan diversas acciones
mancomunadas dirigidas al logro de los mencionados objetivos. (Redacción Ángel Molina)
No hay comentarios:
Publicar un comentario