Al
celebrarse el centenario del natalicio de Serge Raynaud de la Ferriere, la
Fundación Magna Fraternitas Universalis y la Vicerrectoría de Extensión de la
Universidad de Panamá, realizaron un acto de reconocimiento que incluyó la
exposición de la obra artística de esta reconocida personalidad.
En
nombre de la mencionada organización, Fanny Arosemena indicó que Raynaud de la Ferriere, a través de sus 100
obras escritas, reflejó la incansable búsqueda para el bienestar de los seres
humanos, por medio de métodos y sistemas que nos llevan a expandir
nuestra conciencia con un proceso adecuado a nuestros tiempos.
Intervino
en la Galería de Arte Manuel E. Amador, sala en la que se mantuvo /hasta el 11 de abril/ la exposición de 31
cuadros del pincel de un coterráneo cuya labor se extendió a todos los campos
del humano vivir, desde la ciencia hasta el arte; de la filosofía a la
didáctica, estableciendo más allá una síntesis para la
verdadera integridad del hombre.
La
atracción de Raynaud de la Ferriere hacia la pintura se hizo manifiesta antes
de tener 12 años de edad. Por esa senda transitó “tramos” así: dibujo a pluma,
acuarela, óleo, carboncillo, la témpera y la aguada, pero aún sobre la copia,
retratos, paisajes y objetos. Es hasta 1937 que se desliga de la línea textual
píctórica para orientarse hacia lo subjetivo, lo abstracto y la composición
simbólica…
Las
más de tres decenas de imágenes mostraron al público espectador expresiones que
hablan de pueblos y culturas, de personalidades sobresalientes en el ámbito
internacional, de interesantes paisajes y aspectos de la naturaleza (su flora,
su fauna)…
Entre
otros títulos, “Los tres sabios”, “Orilla del mar”, “Crucifixión”, “Pórtico”,
“El Negro”, “Templo subterráneo”, “Callejuelas en Colmart”, “Jardines de la
Coroissete de Cannes”.
Arosemena escogió “Los tres sabios” para explicar
su simbolismo. Hacen referencia a tres estados de realización que son: el
instruido (el que alcanza grados académicos), el sabio (que va más allá
de lo que aprendió, amigo de la filosofía) y el iniciado (el que
estudia, investiga, reflexiona y vive en continua comunión con la naturaleza,
el universo). Es el Hombre Integral que todo ser humano debe aspirar a
ser en su evolución.
María Guadalupe Candelaria, integrante de dicha fundación, hizo
alusión a “Orilla del Mar”. Raynaud de la Ferriere. Como estudioso de la
simbología, resalta la palmera como símbolo del Saber. Está pintada en la
frontera entre el océano y un mar agitado y el continente, haciendo referencia
cuando vino a América y tuvo que adaptarse a los niveles de comprensión. Ella
sugiere que observemos que la palmera en la orilla del mar enfrenta los embates
del clima, eso es el esfuerzo que realizó al inicio de la instauración de
su obra.
Así mismo debemos ser como la palmera: que el viento la dobla
pero no se cae. Ante las dificultades de la vida no debemos doblegarnos.
El grupo de Danza Orientales Habibi se presentó bajo la dirección
de Fanny Ortiz. Una de sus interpretaciones fue La Danza del Velo.
El grupo de Danza Occidental “Siéntase y véase bien” estuvo
dirigido por Yolanda Mendizabal.
Interpretaciones caribeñas.
Al final del evento, las dos culturas se encuentran bailando, ambas, la
danza socca, ejecución que disfrutó el público presente, bailando junto a los
artistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario