(Por Ángel Molina / fotos Samuel Castillo)El Paraninfo Universitario,
taller, escenario y tribuna de muchas causas de la vida nacional, fue rebasado en
más del 100 por ciento de su capacidad física, como resultado de la
convocatoria para plantear y analizar un tema altamente sensitivo para nuestra
patria y sus hijos: soberanía y seguridad alimentaria.
Una concurrencia proveniente
de distintos sectores de la sociedad panameña y de los estamentos que integran
la Universidad de Panamá, escucharon a panameños involucrados y versados en el
tema de la producción agropecuaria y el derecho de todas las personas que
habitan nuestro país a la alimentación.
Carlos Salcedo, Rodrigo
Cambra, Gerardo Escudero, Rogelio Cruz Landero y Mario Domínguez, hicieron un profundo
análisis de la situación actual. Luego, propusieron estrategias e innovaciones a ensayar y prácticas a retomar.
Eduardo Flores Castro, Rector
de la Universidad de Panamá, junto a vicerrectores y autoridades de unidades administrativas
y académicas, formaron parte del equipo beligerante
y anfitrión de este foro.
Estudiantes, docentes y
administrativos de esta Casa de Estudios Superiores, representantes de algunas
instituciones del país, productores y público en general, acudieron a una cita
de rango y carácter patriótico, digna de
despertar la atención. De suficiente importancia como para trabajar, unidos, en
tácticas y estrategias dirigidas a encontrar soluciones a corto, mediano y
largo plazo.
Entre la lluvia de ideas y
sugerencias, se destacó:
-La necesidad de crear una
institución para apoyar a los ciudadanos que bregan en la actividad agropecuaria.
-Producir más para disminuir
costos.
-Acortar la larga e
injustificada cadena de intermediarios.
-Poner al descubierto la
falacia de la libre oferta y demanda (y supuesta competencia), que no es más
que un disfraz que utilizan quienes se ponen de acuerdo para importar barato y vender caro
-Combatir y poner fin a prácticas
monopólicas y oligopólicas.
-Renegociar los TLC en
búsqueda de condiciones más justas para nuestro país.
-Proponer y aprobar una
legislación que regule el uso del suelo dando prioridad a la producción de
alimentos.
-En aras de desarrollar
exitosamente la aludida tarea, lograr que hayan (o se disponga) de menos jefes,
más extensionistas y recursos.
-En la producción y
comercialización, priorizar en los renglones en los que nos va mejor.
-Compartir una sola visión.
-Asociarnos para trabajar en
grupo (y para poder competir). Proteger a los gremios correspondientes.
-Hacer propuestas basándonos
en el conocimiento que se posee.
-Ante la decepcionante
experiencia (y consecuencias negativas) que sobre el “sueño capitalino” vivieron
miles de jóvenes nacidos en al campo, persuadirlos a dedicarse a generar
riquezas en el lugar de origen, como lo hicieron sus padres.
-Introducir y adecuar la
tecnología en nuestro agro.
-Aumentar la gestión
empresarial. Convertirnos en agro-empresarios competitivos, productivos.
-Capacitar el recurso humano
dedicado a esta actividad (incluyendo apoyo en investigación)
-Tener compromiso real con el
agro.
Al margen de las propuestas,
uno de los oradores sentenció “el peor enemigo de la democracia es el hambre”.
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