Por Doralis
Campos
En días pasados se celebró el XII Festival Nacional e
Internacional de la Cultura en el Municipio de Otanche Occidente, Boyacá,
Colombia, con el lema “La cultura nos une”. Los bailarines de la
mencionada región y de países invitados como Panamá, Costa Rica, Ecuador,
Honduras y Chile, se enseñorearon en el Parque de La Paz con diversidad de
expresiones culturales de los pueblos hermanos.
Incluyó talleres a cargo de Luis G. Espitia T., psicólogo
y especialista en Danzas Modernas, quien compartió lo importante que es para un
bailarín conocer su cuerpo antes y a la
hora de danzar. Ser capaz de trasmitir y
expresar emociones. Y, a través de esta manifestación del arte, contribuir a la
sanación psicológica, alternativa que puede servir para tratar jóvenes en riesgo social.
“Mindfulness” fue el tema principal y de mayor impacto para
todos los instructores. Éste hace referencia
a que es necesario que una persona tome conciencia del momento que está
viviendo. Que lo acepte e identifique plenamente, para luego llegar a conclusiones
que respondan a las preguntas “qué” y “cómo” actuar. Tomar en cuenta que es
posible que, casi todos los días, las personas estén expuestas a una variedad
de fuentes de estrés y ansiedad. Frente a estas circunstancias, la danza puede ejerce
un efecto de contrapeso.
.Para un bailarín cada movimiento, al momento de
danzar, es gratificante. Es conectarse con diferentes emociones que te llevan a
mejorar la salud. Además, de constituir una mezcla de disciplina y pasión, es
un proceso para aquellos seres humanos que enfrentan situaciones y estados
anímicos difíciles.
La danza ha logrado reportar a hombres y mujeres de
distintas edades beneficios en la salud tanto en el aspecto físico como mental. Danzar es una forma de
sentir y de “llevar el corazón en los pies”.
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