(Redacción Ángel Molina/ imagen Samuel Castillo)Muchas personas consideran que tienen “derecho a disfrutar el ‘placer’ ” de fumar cerca de sus semejantes (sean conocidos, desconocidos, incluso seres queridos o parientes). Lo hacen sin importarles o sin tener en cuenta que, el mórbido humo que exhalan, afecta la salud de sus semejantes, de cualquier edad (incluso, hasta causarle el peor de los perjuicios).
Además, dan rienda suelta a su
actividad adictiva, en lugares (o en circunstancias) donde no se debe (o es
prohibido) hacerlo (ejemplo: tiendas, abarroterías, diversidad de almacenes
comerciales, paradas/piqueras de buses o
de otro tipo de transporte, instituciones o empresas dedicadas a impartir
formación académica y profesional…).
Los hechos descritos, nos
llevan a meditar que nuestra nación necesita que ciudadanos, sociedad y
autoridades, tomemos en serio y asumamos la responsabilidad de ajustar las
disposiciones legales y el carácter de las sanciones (según las circunstancias
y/o faltas). Iniciar por promover, cuadra a cuadra, el cumplimiento de la ley # 13 antitabaco
del 24/I/2008. Ejemplos:
-Establecer la prohibición de
fumar dentro (y en la parte externa o predios inmediatamente cercanos) de/a establecimientos
e instituciones mencionadas. Establecer y dar a conocer, claramente, que serán
considerados violadores de la norma (y sancionados) tanto el que comete la
falta, como quien la permite.
Ambas partes deben estar
enteradas que:
-No se puede vender el
producto al detal.
-No se puede fumar dentro ni
en las cercanías del local.
Nota: en beneficio de las
partes a las que les incumbe (fumadores, no fumadores, empresarios), reiterar
que los letreros deben mantenerse en lugares visibles (con el uso de letras claramente legibles) haciendo los anuncios pertinentes (incluyendo
el anuncio de la posibilidad de ser penalizados). “Prohibido fumar…dentro de…y
a menos de tantos metros…
Es necesario reactivar el
programa de cazadores de humo. Que saquemos e invirtamos tiempo, para
enfrentar/adversar/oponernos, como miembros de un equipo de voluntarios a ese
mal que -silenciosamente- arruina y acaba vidas.
Organizar jornadas de
capacitación en la mayor cantidad de localidades de nuestro país, revelando las
consecuencias a las que se expone el ser humano al adquirir y mantener esa adicción.
Dar a conocer, al menos 2 o 3 veces al año, que es prohibido fumar en todas las
instituciones que imparten educación.
Por otro lado, es lamentable confirmar
que el ser humano haya sido capaz de fabricar y comercializar un producto que
abre la puerta hacia la ruta del lento suicidio de sus semejantes: ¡el
cigarrillo!
Los mercaderes de la muerte
continuaron su negocio, aún cuando la humanidad se enteró de la macabra noticia
que confirmaba la presencia, en el cigarrillo de siete componentes que dictan
sentencia de enfermedad y/o muerte, a saber:
>Nicotina: sustancia
venenosa, considerada más adictiva que la cocaína y la heroína. >Mercurio: uno de los químicos más
tóxicos para el cuerpo humano. >Monóxido
de carbono: sustancia altamente tóxica, presente entre
los gases que despiden los tubos de escape
de los automóviles (este reduce la capacidad de los pulmones para absorber
oxígeno y pasarlo al torrente sanguíneo). >Arsénico: sustancia venenosa conocida por
haberse utilizado en horribles asesinatos. >Alquitrán:
Residuo que se encuentra presente en el humo del cigarrillo. Este deja residuos
de alquitrán pegados a las paredes de los pulmones. Éstos se van acumulando y
van obstruyendo los pulmones. Así, la
capacidad que poseen los pulmones de absorber el oxígeno necesario para
abastecer el cuerpo, se ve
perjudicada. >Formaldehido: Sustancia inflamable y
toxica. Ingrediente que se encuentra
presente en el gas, desinfectantes y fungicidas. Es una sustancia
extremadamente irritante que puede afectar la garganta, los ojos y los
pulmones. >Acetona: Sustancia que se utiliza en la
fabricación de decapante de pintura industrial. Se encuentra presente en el barniz
y en removedores de pintura. Es altamente irritante y puede afectar los ojos y
la nariz.
La nicotina se instala en el organismo
humano y provoca que el cuerpo se acostumbre (léase se
haga adictivo) a determinados niveles. Dicha sustancia provoca la
segregación de dopamina (hormona que hace que el ser humano sienta, como
agradables cada comida, sustancia y práctica (o acción). Además, ésta aumenta
los niveles de endorfinas (proteínas que causan al ser humano una sensación de
euforia).
A continuación algunas enfermedades y
dolencias que ocasionan el cigarrillo (tanto al fumador activo o directo, como al
pasivo /es decir, la persona que, sin tener la adicción, aspira el humo que
exhala un fumador): cáncer pulmonar, bucal, estomacal, de laringe, de lengua.
Asma, Osteoporosis, Enfisema Pulmonar. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
En algunos casos, interrupción del embarazo, nacimiento con defectos o muerte
de niños cuyas madres fumaron durante el embarazo.
Los gobiernos, ciudadanos y
organizaciones anti-tabaquistas de muchos países, observamos una realidad
incomparablemente triste y amarga: la cantidad de dinero, que en concepto de
impuestos, pagan las empresas que comercializan el cigarrillo, resulta ser una
escandalosa y vergonzosa miseria si la comparamos con las sumas de dinero que
las entidades gubernamentales invierten en atender a ciento de miles de
ciudadanos adictos al cigarrillo (y a otros miles de humanos que enfermaron al
convivir (o frecuentar) con personas que
los convirtieron (a la fuerza y de manera inconsulta) en “fumadores pasivos”.
Medios de
comunicación social de nuestro país, han publicado cifras y/o estadísticas que
confirman el nefasto contraste al que hicimos alusión: mientras que las
tabacaleras pagan al fisco más de 11 millones de dólares al año, el Instituto
Oncológico Nacional (ION) recibe 25 millones de dólares por parte de la Caja de
Seguro Social (CSS) tras atender a pacientes asegurados que buscaron atención
en el mencionado centro hospitalario (afección: consecuencias del tabaquismo).
En el 2016 el
ION brindó 124 mil 175 atenciones a personas afectadas por el tabaquismo. De la
mencionada cifra, 98,785 correspondía a personas enviadas por la CSS. Los otros
25,390 pacientes no pagaban cuota del Seguro Social (o no estaban asegurados).
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