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martes, 5 de junio de 2018

Construir conciencia propia, que venza la manipulación y discriminación racial


                                     
 





                                                                            



(Redacción Ángel Molina / foto José Cárdenas) Agatha Williams, catedrática universitaria y destacada luchadora contra la discriminación racial dictó una conferencia en la que se remontó históricamente a la génesis y los motivos ocultos por los que ciertos “humanos” sin escrúpulos iniciaron, mantuvieron y eternizaron la actitud de odio y crueldad respecto a la etnia negra. 


Sostuvo que, quienes planeaban, desde los inicios de la historia de la humanidad, usurpar aportes científicos y culturales, además de apoderarse, por la fuerza, de tierras, recursos y minerales pertenecientes a otros países, fueron quienes satanizaron la Madre Patria África y a las personas de raza negra, con calumnias y falacias.

Aquellos que consideraron como buena, la idea de poner en práctica, a plazo indefinido, la explotación del hombre por el hombre, cifraron esperanzas en crear una tenebrosa, espesa e imperecedera tiniebla en torno a todo lo que guardase relación con la vida, humanidad, actitudes, modales y costumbres de los negros.


Williams acotó que, al apreciar y tomar en cuenta el rumbo por el que transita el mundo y la vida, se hace sentir la urgente necesidad de proceder a la construcción, o a restauración de la conciencia -individual, unitaria, masiva-, de manera que se revierta el efecto manipulador con el que se da por establecido o por cierto que, todo lo que provenga de los negros es malo, peligroso, riesgoso; mientras que, los blancos, constituyen, fuente de lo bueno de lo seguro.


No es el color de la piel, los rasgos físicos, ni la apariencia lo que da pistas o garantías acerca de lo que se puede esperar de una persona.


No fueron seres humanos de la etnia negra, quienes fueron recorriendo el mundo, para supuestamente combatir o corregir una u otra anomalía. Ni quienes se fueron apoderando de territorios abundantes en recursos claves o enriquecedores.


En lo que a los panameños concierne, debemos tener en cuenta que en el fondo de las aguas del Canal de Panamá, aún deben permanecer partículas de los más de 50 mil seres humanos de piel negra, que murieron cuando trabajaban dinamitando para abrir el paso adecuado de esta maravilla panameña al servicio del mundo.


En una ocasión a una delegada internacional presente en un congreso estudiantil celebrado en nuestro país, le preguntaron si en donde ella vivía existía el racismo (o la discriminación racial). Ella contestó: “no, porque para nosotros lo más importante no es el color de la piel. 


Lo principal es lo que hay dentro de la piel. La verdadera belleza: los buenos sentimientos y pensamientos. Las intenciones impulsadas por sensibilidad humana y empatía”.

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