Setecientos
niños de doce comunidades que -en su mayoría- integran el Programa de
Convivencia Pacífica (PCP), iniciativa visionaria que, en alianza estratégica,
mantienen, sustentan y llevan adelante la Universidad de Panamá(UP) y la
Policía Nacional(PN), invadieron de alegría la cancha de futbol del Campus Universitario
Harmodio Arias Madrid (CHAM). El motivo: un convivio organizado por el
mencionado programa.
Los jóvenes
asistentes, de edades entre 5 a 16 años (resultando mayoritaria, entre éstas, las
de 6 a doce) fueron trasladados allí por sus monitores (integrantes de la PN). Se
reunieron en ese campo de juego, procedentes de Calidonia, Viejo Veranillo, Brooklincito,
Rio Abajo, San Joaquín, Rana de Oro (Pedregal), Cerro Cocobolo, Samaria
/Sinaí/, Martillo (San Miguelito), Felipillo, Tocumen y Los Andes.
Estuvieron
presentes, altos representantes de la Policía Nacional, junto a Gustavo García de Paredes, Eldis Barnes,
Damaris de Szmirnov, respectivamente, Rector de la UP, Vicerrector de Asuntos
Estudiantiles y Directora de Bienestar Estudiantil (VAE) y Coordinadora del
Programa Convivencia Pacífica.
En las
mencionadas instalaciones deportivas, apreciaron números a cargo de la Unidad
Canina y de la motorizada de la PN, jugaron futbol, realizaron presentaciones
artísticas (bailes folclóricos y danza urbana). Por otro lado, en la Facultad
de Bellas Artes, un grupo de niños disfrutó la presentación de la Orquesta
Filarmónica.
De sesenta
niños que practican karate en el PCP, un grupo (a capacidad de la tarima
ubicada en el mencionado lugar) exhibieron sus habilidades dentro de este
deporte. Se presentó un Club de Lucha Libre de una de estas comunidades.
Entre
presentaciones, se dirigía a los niños mensajes referentes a valores morales y
éticos: acerca de los buenos modales, el respeto, la importancia de la
educación; asimismo sobre los mejores sentimientos y las mejores actitudes:
amor, amistad, solidaridad, sensibilidad humana, honradez... Los luchadores
dieron advertencia de los cuidados que se debe tener con la práctica de
deportes como la lucha y las artes marciales.
Se brindó una
velada de sano esparcimiento, una jornada en la que se le dio testimonio a
estos seres de tempranas edades, que son el futuro y la esperanza de la patria,
en relación a que hay un mundo mejor que se diferencia de aquel saturado por
tantos antivalores que se esmeran por promover y exaltar algunos sectores
irresponsables de nuestra sociedad.
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