La conmemoración del LI
aniversario de la Gesta Patriótica de enero de 1964, es un hecho que navega
contra la corriente de la pretensión de vaciar en el cesto del olvido y la
desmemoria, actos en los que conciudadanos protagonizaron jornadas demostrativas
de amor a la patria.
En el reconocimiento que la
Universidad de Panamá ofreció a los mártires y héroes de la mencionada gesta,
se hizo sentir la voz de la juventud, a través de cinco representantes del movimiento
estudiantil.
“Recordamos con orgullo a
quienes dieron su vida por nuestra soberanía…a quienes valientemente salieron a
las calles a reclamar el derecho…a izar nuestra enseña tricolor en nuestro territorio”, señaló Edgardo
Viquez, de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas.
Puntualizó que lo ocurrido
hace 51 años, fue el punto de efervescencia culminante para la recuperación de nuestra soberanía. Que
previo a este acontecimiento, el pueblo panameño alzó su voz, en distintas
ocasiones, ante la nefasta presencia
estadounidense en nuestro país. Citó ejemplos:
El rechazo al Convenio de
Bases Filós-Hines del 12 de diciembre de 1947; Operación Soberanía del 2 de
mayo de 1958;…la Marcha Patriótica a la Zona del Canal del 3 de noviembre de
1959.
El estudiante de la Facultad
de Derecho y Ciencias Políticas, destacó que “fuimos testigo de cómo los
distintos gobiernos neoliberales post-invasión, intentaron silenciar esta
fecha, con los nefastos ‘días puentes’. Pero no lo lograron.”
Desde
(y en) esta redacción, reflexionamos que, tanto las jornadas por la soberanía,
como las inherentes a asuntos de
carácter doméstico, tales como la Lucha Inquilinaria (año 1925), aquella bajo
la consigna “¡más escuelas, menos cuarteles!” en 1958; el levantamiento armado
en Cerro Tute y Cerro Banquillo… fueron protagonizadas por ciudadanos del
sector popular (sobresaliendo, entre ellos, los jóvenes y los estudiantes). Ese
colectivo siempre dispuesto a dar su cuota de lucha y sacrificio, constituye la
reserva moral y patriótica del país.
Ante
esta realidad, centros de poder (locales y globales) han venido orquestando
/impulsando, con bastante éxito, una operación de distorsión dirigida revertir
posturas ideológicas, políticas, patrióticas,
morales. A dividir, debilitar y desmantelar organizaciones populares.
Con
los medios más sofisticados, con publicidad atractiva, deslumbrante e hipnótica,
promueven antivalores, conductas y prácticas
contrarias a las buenas costumbres, la decencia, la urbanidad, la convivencia dentro
de un ambiente de paz verdadera (entendiendo ésta como aquella que se basa en
el respeto mutuo).
Isaac McKlean,
Secretario de Organización del Centro de Estudiantes e integrante de la Unión
de Estudiantes de Arquitectura, señaló: en el marco de estos 51 años transcurridos desde la Gesta Heroica del
9 de enero, fecha (y hechos) que sin duda señalan cómo debe ser la
participación estudiantil frente a la problemática nacional, es justo reconocer
que -en aquel momento- nuestros compañeros mostraron la capacidad de
organización y convocatoria existente en
el seno de la dirigencia estudiantil panameña. En esas condiciones,
emprendieron la lucha en busca del cumplimiento del Tratado Chiari-Kenedy.
A excepción de los caídos, algunos de los
protagonistas pudieron presenciar el acatamiento de dicho acuerdo.
Indicó “hace exactamente un
año nuestra organización lanzó su planteamiento de constituir un sector
estudiantil independiente, que velara y garantizara los intereses de los
estudiantes”. Dejamos sentado que este esfuerzo se ha consolidado con varios
resultados, pudiendo afirmar…que nos constituiremos en ese sector crítico y
analítico, con el que demandan contar los estudiantes panameños.
Sector que luchará e
impulsará los cambios necesarios y la defensa de nuestra Casa de Estudios
Superiores, inspirados en el ejemplo de los Mártires de Enero de 1964.
Aplaudiremos lo correcto. En conjunto con la administración central,
impulsaremos los cambios que sean necesarios para el bienestar colectivo.
Censuraremos lo que sea injusto y perjudicial para los estudiantes, cumpliendo
(dentro de los métodos de lucha) con las etapas y los pasos necesarios. Actuando
mesuradamente, evitando dejarnos llevar por impulsos…”
James
Salerno, Secretario General de la Asociación de Estudiantes de
la Escuela de Relaciones Internacionales /Facultad de Administración Pública/,
manifestó que en enero de 1964, el pueblo panameño fue protagonista de uno de
los momentos más gloriosos en la lucha por la recuperación de la soberanía y la
liberación nacional.
Que la conmemoración de este
año se daba en el contexto en que todos los gobiernos post invasión, se han
dedicado a ignorar, olvidar, minusvalorar esta fecha tan importante, cuya
recordación es clave para la formación de nuestra identidad como panameños.
Añadió que el comportamiento
de la oligarquía panameña, de gobernar sobre el olvido y la desmemoria, no es
nuevo (y diríamos desde nuestra redacción: ni de extrañar).
Recuerda que la clase
política y económica que ha gobernado Panamá por los últimos 110 años, siempre
estuvo alineada con el imperialismo norteamericano
(invariablemente con actitud
de “amigos” de los negocios y el dinero que representaba el enclave colonial
para ésta).
Ellos incluyeron en nuestra
primera Carta Magna (de 1904) el derecho de los EEUU a intervenir en los
asuntos internos de Panamá. Sobre esa base, intervinieron desde 1908 a 1920 en
los procesos electorales. En 1925, a solicitud del presidente Rodolfo Chiari,
el ejército norteamericano reprimió al pueblo panameño que se levantó en la
Liga Inquilinaria, protestando contra el alto costo del alquiler de los
inmuebles y de la vida, en general.
Aunque 39 años después el presidente Roberto
Chiari (hijo del mandatario Rodolfo Chiari) se vio precisado a romper relaciones
diplomáticas con los Estados Unidos de Norteamérica, en ocasión de los trágicos
sucesos de enero de 1964.
Hasta este momento, esa
clase política y económica, procura hacer uso selectivo de la historia
panameña, de manera que los libros de texto en los colegios no se salgan del
guión dado por la llamada “versión oficial”.
La historia de las luchas
populares panameñas es un permanente recordatorio de su historial de traición. Le
temen nuestro pasado heroico, porque
representa un proyecto diferente de nación, diametralmente opuesto a su
proyecto, donde los capitales extranjeros son los dueños del país y ellos sus
administradores.
Salerno exhortó a hagamos
nuestro el espíritu del 64 “que nos inspira a ser patriotas, porque serlo, no
es solo recordarles, dar discursos y hacer actos con sus nombres…; ellos nos
inspiran hoy a luchar contra la desigualdad y en oposición a esa clase política
vinculada a los latrocinios a la patria; a denunciar la corrupción venga de
donde venga.
José
A. Caballero, de la Facultad de Administración Pública,
quien es representante ante el Consejo Académico, acotó que -históricamente- el accionar del
movimiento estudiantil ha estado orientado hacia elementos fundamentales, que
se señalan a continuación: la lucha contra la desigualdad, por la construcción
y defensa de los más grandes intereses (principalmente en los inherentes a la
Educación), por las libertades democráticas y por la soberanía.
Lamentó que, como nefasta
consecuencia del “Hay Buneau Varilla” -tratado que ningún panameño firmó- la
conquista de nuestra soberanía en la “Zona del Canal” haya sido alcanzada luego de hechos
sangrientos en perjuicio del pueblo panameño (en especial, de nuestros
compañeros aguiluchos).
Indicó que, aun dentro del
dolor, es necesario reconocer que, gracias a los héroes y mártires de la Gesta
de enero de 1964, hoy podemos entrar a esas áreas sin ningún tipo de
restricciones.
Resaltó “nuestras luchas son
y serán, siempre, nuestra carta de presentación. Además: en pro y beneficio de
nuestro querido Panamá y la Educación de éste. En defensa de la autonomía
universitaria y por el respeto al movimiento estudiantil.
Kennedy
Vargas
“Hoy representa una ocasión
doblemente importante para nosotros. Porque recordamos una fecha histórica que
marcó un rumbo en para el movimiento estudiantil. Debido a que nos reunimos
como Casa de Estudios Superiores para compartir en comunidad hermanada,
recordando a nuestros mártires”, expresó Kennedy Vargas, dirigente estudiantil
de la Facultad de Ciencias de la Educación y Presidente de la Federación de
Estudiantes Universitarios.
Este acto refleja lo que
significa para nosotros la vida estudiantil y la importancia que tiene la
historia en la propia universidad.
Es un privilegio para el
movimiento estudiantil recordar hechos que marcaron una herida y muchos años de
sufrimiento y dejaron -a la vez- un capítulo con pinceladas difíciles de
olvidar, añadió.
Vargas hizo mención de
varias protestas pacíficas y simbólicas en reclamo de la soberanía de Panamá en
la Zona del Canal. Citó la siembra de 57 banderas en dicho territorio,
protagonizada el 2 de mayo de 1958. Recordó igual jornada, el 3 de noviembre de
1959.
La Gesta Patriótica de enero
de 1964, inició pacíficamente. Los estudiantes sólo deseaban colocar la bandera
panameña al lado de la estadounidense. Su pretensión tenía base legal, pues el
Convenio Chiari-Kenedy establecía que en todos los sitios públicos de la Zona
del Canal se izarían -juntas- las banderas de los dos países.
Cuando el “gobierno” de
aquella zona usurpada ordenó prohibir la entrada de los manifestantes, se
produjo una represión violenta que hasta incluyó la acción de vejación de una
bandera panameña por parte de los policías estadounidenses.
Dicho ultraje alteró los
ánimos de nuestros compatriotas, por lo que las “autoridades” ordenaron la
movilización de un destacamento del ejército norteamericano…Lo demás es
historia conocida.
“¿Qué juventud queremos? ¿Acaso
una juventud que simplemente se concrete a oír y a repetir?: ¡No!. Queremos una
juventud que piense.
¿Acaso una comunidad de
jóvenes que sea revolucionaria por imitar?: ¡no!
Queremos una juventud que
aprenda por sí misma a ser revolucionaria; que se convenza a sí misma; que
desarrolle plenamente su pensamiento…una juventud luchadora. (Redacción y fotos Ángel Molina)
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