Público de diversa procedencia contó con reveladora experiencia que
nos habla de una de nuestras raíces étnicas fundamentales: la
afro-descendencia. La actividad la organizó la Universidad de Panamá y la
Alcaldía de la Ciudad de Panamá a través del Programa FLACSO.
Fueron sesiones de
cine-testimonio que obliga remembrar aquellos tiempos en los que, un puñado
numeroso de seres, con su interior plagado de crueldad anti-humana, decidieron
adjudicarle/imponerle a hombres y mujeres de raza negra, la denigrante
“categoría” de esclavos.
Siendo unos de los primeros
promotores de la explotación del hombre por el hombre, ellos tomaron, a sangre
y fuego, a sus congéneres, como si fuesen propiedades o mercancía que trasladarían, a
distintas partes del mundo, para obligarlos a trabajar (como robots ejecutores)
en sus proyectos de apropiación, a la fuerza, de recursos y riquezas de muchas
naciones/regiones.
Más de 20 millones de
africanos, fueron arrancados de su lugar de nacimiento. Y al viajar hacinados en el nivel más bajo de
las embarcaciones, cruzando de un continente a otro, sólo llegaron vivos (a
destinos no imaginados) la mitad de esos seres humanos.
Las producciones
cinematográficas hacen evidente que, fueron los iniciadores y paladines de la
esclavitud, quienes se aseguraron de promover la estigmatización del ser humano
de raza negra como posible delincuente, antisocial, asesino…Ese trabajo sucio,
la discriminación racial y la animadversión en perjuicio del negro, fue sembrando y alimentado de manera consciente e
intencionalmente.
El contenido de estas cintas,
hablan del multifacético e incontable aporte que los africanos y su
descendencia hicieron (y hacen) en muchas latitudes del mundo:
artístico-culturales, académicos, morales, deportivos, científicos, políticos,
independentistas… /Redacción: Ángel Molina, foto: cortesía/
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