Por:
Doralis Campos
La Universidad
de Panamá a través de la Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles y el Programa
FLACSO, organizó una muestra de cine
afrodescendiente.
A la actividad se dieron cita estudiantes de la
carrera de Inglés de esta Primera Casa de estudios Superiores quienes mostraron
el interés en conocer acerca de la cultura y de las raíces africanas.
En Brasil, México y
Perú países que tienen profundas raíces de la raza negra, la
rumba se enseñoreó como especie de canto contagioso, a través del que se
mantuvo la búsqueda de cara a mantener esa identidad que late en nuestro
continente.
Dicha diversidad cultural es
la que motiva a que los latinoamericanos y
otros habitantes del Continente Americano sientan y vivan profundamente
su cultura y raíces.
En aquellos tiempos los pueblos sufridos y rebeldes se manifestaban a
través de la rumba. Expresaban de manera desbordante su alegría, aún a riesgo
de que la policía les decomisara sus
instrumentos. En respuesta, ellos danzaban al son de
los tambores mudos.
“La rumba es resistencia, es una forma de recrearnos. En realidad, es una forma
de reproducir /aunque nos quiten los tambores/ físicamente nuestros cuerpos son
nuestra percusión. Bailar con o sin el
tambor oficial, resistimos siempre con nuestro
sonido. El portador de la sangre africana, se considera rumbero de nacimiento”,
señaló un activista.
“Somos una familia de latinos. Todos pueden participar de
la cultura los cubanos, puertorriqueños, mexicanos, dominicanos... Negros de
todas partes.
“Los negros somos discriminados
en todas partes, aunque se pretenda negar este hecho. Somos despreciados
(apartados) en muchas partes en escuelas, universidades. Por otro lado,
nosotras las personas negras, no mostramos orgullo por nuestro país de origen
ni por nuestra raza.
Nuestros antecesores vinieron
con la construcción del canal. Arribaron aquí obligados por los gobiernos de Inglaterra, Francia. Todos venían de África,
y todos somos africanos.
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