(Redacción y foto Ángel Molina) Mientras un sector mayoritario
de la población panameña, procura buena vida para sí y su familia, a través de
actividades sanas y honradas, otros seres humanos eligen como alternativa para
lograr ese propósito, la comisión de delitos en múltiples formas. Así lo reveló
Víctor Girón, funcionario de la Policía Nacional, en la conferencia “Drogas,
Pandillerismo y Violencia” organizada por la Vicerrectoría de Asuntos
Estudiantiles (VAE) de la Universidad de Panamá, a través de la Dirección de
Bienestar Estudiantil.
Teniendo como escenario el
Auditorio la Facultad de Informática, Electrónica y Comunicación, minuciosamente,
expuso la facilidad con la que hombres y mujeres del crimen organizado,
obtienen ganancias económicas a través de la venta y tráfico de sustancias adictivas
ilegales. Como ocurre en distintas latitudes del mundo, al mantenerse una
distancia abismal entre las ganancias que obtiene un empresario, o un productor/comerciante
de alimentos u otro rubro, y las cuantiosas ganancias pecunias que recibe una
persona al involucrarse en una de las facetas inherentes al narcotráfico.
Así las cosas, muchas
personas sucumben y renuncian a su actividad usual, para ganar a corto plazo
fuertes sumas de dinero. Esa tentación atrae, hipnotiza, deslumbra a niños,
jóvenes, humanos de mediana edad, adultos, adultos mayores. A empresarios. Así
mismo, en algunos casos, funcionarios que -formalmente- debiesen trabajar
combatiendo ese flagelo.
No sólo se trata de la
comercialización y traslado de las sustancias ilegales. También hay trabajos
más delicados, como ejercer funciones como sicario. Estos deben asesinar, por
encargo, al rival de otra banda, al sospechoso de traición o a quien es
inculpado de haberse apropiado de un cargamento de sustancias ilícitas.
Por otro lado, personas que
han mantenido durante gran parte de su vida una conducta decente, consienten que
un delincuente utilice su nombre para realizar la compra de un carro lujoso,
que será utilizado para cometer delitos de distintos niveles de gravedad.
Girón destacó que creció en
un vecindario en el que vivían dos vendedores de droga. Le rodeaba un ambiente
en el que abundaba la actividad delictiva. Una escuela permanente del mal
hablar y actuar.
No obstante, su madre jugó
el papel que debiesen protagonizar los padres o
adultos a cargo de educar a los niños. Gran parte de la salvación de la
sociedad reposa sobre los progenitores.
Predicar y protagonizar con
tales mensajes y hechos, que hagan contrapeso a toda la presión que ejercen los
reclutadores a un viaje hacia la vida desdichada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario